Quédese Quieto
Quedarse uno quieto es una de las cosas más difíciles cuando uno es un niño. Me acuerdo como es que un sin numero de veces le he tenido que recordar a mis hijos que se queden quietos, especialmente cuando estamos en la iglesia en el servicio. Pero no solo los niños tienen problemas con quedarse quietos. Nosotros también le batallamos así con Dios. Queremos correr, queremos saltar, queremos avanzar pero muchas veces Dios nos dice, ¨Tienes que estar quieto, o tienes que estar quieta” Deja que yo trabaje. Y aunque no mires nada en el instante, yo voy a estar obrando. Solo quédate confiando en mi. Y aunque parezca que el diablo ya te va a matar, solo quédate quieto. Yo no lo voy a dejar que te haga nada.
Salmos 46
10. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
Estad Quietos Y Ved La Salvacion De Jehova - 57-0629
19. Así que en ése gran día de—hora de frustración, el Señor habló. Y lo hizo a través de un pequeño profeta que estaba parado cerca, quien dijo: “Estad quietos, y ved la salvación de Dios. Uds. no tendrán que pelear esta batalla”. Siempre y cuando estuvieran juntos y orando, era la batalla de Dios. 20. Y yo pienso que esa misma cosa se aplica en esta noche. En esta gran hora cuando la gente de las grandes iglesias están discutiendo y—y peleándose unos con otros, y las barreras denominacionales nos están separando, y batallamos de este lado y de aquel lado, ¡es tiempo de quedarnos quietos! ¡La batalla es de Dios! Para comenzar, no es nuestra. Dios quiere que nos quedemos quietos. Y cuando Dios se prepara para hacer algo, Él por lo regular manda que Su pueblo se quede quieto.
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Dios se interesa en nuestros deseos, especialmente cuando nos interesamos en el.
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