Al reflexionar y meditar sobre las maneras gloriosas de Dios, son cosas que no dejan de sorprender. ¿No se a sentado alguna vez y a meditado como Dios no importando que situación, no importa cuán difícil o oscuro, la convierte en una victoria para sus amados. Tal vez usted ha sido puesto en circunstancias que parecían ser menos favorable. Sin embargo, de alguna manera milagrosa, fueron capaces de salir victoriosos. La vida de un cristiano está lleno de estos eventos.
Lo que nunca deja de sorprenderme es cómo Dios usa la gente quebrantada de una manera tremenda. Dios debe tener cosas quebrantadas. Si Dios no hubiera permitido que la salud de su cuerpo se hubiera quebrantado, ¿le hubiera buscado Él? Nuestro voluntad propia se debe quebrantarse con el fin de que podríamos hacer su voluntad. Nuestras ambiciones deben ser rotas con el fin de que pudieramos ser dirigidos a ambiciones mas altas. Nuestra fuerza debe ser quebrantada para que puedamos tener Su fuerza. El vino a sanar a los corazones quebrantados. Los sacrificios de Dios son de un espíritu quebrantado, un corazón contrito. (Salmo 51:17)
Fue cuando Jesús partio las cinco piezas de pan, y fue sólo entonces que él era capaz de alimentar a los cinco mil. ¿O qué tal el momento en que María rompió el frasco de alabastro. Fue sólo entonces que eran capaces de oler el precioso ungüento. Dios desea quebrantar a través de la superficie dura. Cuando Moisés golpeó la roca, sólo entonces fue capaz de dar su agua. Para que los que tuvieran sed pudieran beber. ¿Cómo algo que parecía tan mal como la crucifixión de Jesucristo podría llegar a ser una bendición está más allá de mi entendimiento. Sólo Dios puede hacer algo que parece tan vil y maligno, y convertirlo en una bendición. Fue su precioso cuerpo que fue quebrantado por las espinas, los clavos, y una lanza que permitió que su vida saliera y llegáramos a ser participes de esa misma vida. Dios debe tener cosas quebrantadas ...
Marcos 8:5-8 LBLA
Y El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete. [6] Entonces mandó* a la multitud que se recostara en el suelo; y tomando los siete panes, después de dar gracias, los partió y los iba dando a sus discípulos para que los pusieran delante de la gente; y ellos los sirvieron a la multitud. [7] También tenían unos pocos pececillos; y después de bendecirlos, mandó que éstos también los sirvieran. [8] Todos comieron y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas.
29 ... Dios no requiere educación y mucha tontería; El requiere un corazón rendido a Su voluntad. El no le pide que se vista de una cierta manera, o-o que pase por ciertas cosas, o a… o salir de ciertos colegios o títulos. El pide un espíritu quebrantado, contrito y humilde, y un corazón dispuesto para recibirlo a El.
El probó a Job, y para ver qué clase de reacción El encontraría en él. Pero cuando El le quitó sus ovejas, y le quitó sus bueyes, y le quitó sus camellos, y le quitó sus hijos: "Yo veré lo que Job dice ahora".
Y él dijo: "Jehová dio y Jehová quitó, sea el Nombre de Jehová bendito". ...
29 ... El encontró que lo que El le había dicho a Satanás lo tenía en Job: "Nadie como él, en la tierra". ...
60-0310 - "Elías Y La Comida Ofrecida"
As I ponder and meditate on God’s glorious ways, these are things that never cease to amaze. Do you ever sit there and wonder how he can make any situation, no matter how difficult or dark, a victory for his beloved. Perhaps you’ve been put into circumstances that appeared to be less than favorable. Yet some miraculous way, you were able to come out a winner. The life of a Christian is full of these events.
What never fails to amaze me is how God uses the broken people in such a tremendous way. God must have broken things. If God had not allowed the health of your body to be broken, would you have sought Him? Our self will must be broken in order that we might do His will. Our ambitions must be broken in order that they might be directed higher. Our strength must be broken that we would have His strength. He came to heal the broken-hearted. The sacrifices of God are of a broken spirit, a broken and contrite heart. (Psalm 51:17)
It was when Jesus broke the five loafs of bread, and it was only then that he was able to feed the five thousand. Or how about the time when Mary broke the alabaster box. It was only then that they were able to smell that precious ointment. God desires to break through the hard surface. When Moses smote the rock, only then was it able to give forth its water. So that those that were thirsty might drink. How something that appeared so evil as the crucifixion of Jesus Christ could turn out to be such a blessing is beyond my understanding. Only God could make something that appeared so evil such a blessing. It was his precious body that was broken by thorns, nails, and a spear that allowed his life to pour out that we could be partakers of it. God must have broken things...
Mark 8:5-8 NKJV
He asked them, “How many loaves do you have?” And they said, “Seven.” [6] So He commanded the multitude to sit down on the ground. And He took the seven loaves and gave thanks, broke them and gave them to His disciples to set before them; and they set them before the multitude. [7] They also had a few small fish; and having blessed them, He said to set them also before them. [8] So they ate and were filled, and they took up seven large baskets of leftover fragments.
50 God doesn’t require an education and a lot of nonsense, He requires a surrendered heart to His will. He doesn’t ask you to dress in a certain way, or—or go to certain things or to certain colleges, or degrees. He asks for a humble, contrite, broken spirit, and a willing heart to receive Him.
51 He tried Job, and see what kind of a reaction He would find in him. But when He took his sheep and took his ox, and took his camels, and took his children, “I’ll see what Job says now.”
52 And he said, “The Lord gave and the Lord taken away, blessed be the Name of the Lord.”
53 He found what He had told Satan He had in Job, “None like him, on the earth.”
60-0310 - "Elijah And The Meal-Offering"
Rev. William Marrion Branham
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Dios se interesa en nuestros deseos, especialmente cuando nos interesamos en el.
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